Colombia incluida en Estrategia Andina de turismo

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Colombia incluida en Estrategia Andina de turismo
Publicado en Junio 21 de 2005

Con un mercado real intrarregional de 1.8 millones de turistas bolivianos, colombianos, ecuatorianos, peruanos y venezolanos, por año, la Comunidad Andina, a través del Comité Andino de Autoridades de Turismo CAATUR, dio vía libre al Plan Estratégico de Turismo Andino.

Aún cuando se está a la espera de la valoración que sobre este plan envíe Venezuela, las autoridades andinas de turismo adoptaron las líneas estratégicas planteadas por sus países, durante su XXIII reunión cumplida en Lima el pasado 23 de mayo, las cuales llevarán a emprender tareas para desarrollar veinticinco líneas de trabajo que permitan a la CAN convertirse en el destino turístico prioritario para los ciudadanos de sus países miembros.

Las diez objetivos más destacados que deberá tener en la mira la CAN son los siguientes:

Agilizar el tránsito interfronterizo:

Se plantea repensar los puestos fronterizos de control, de tal forma que funcione uno sólo en cada frontera, atendido por funcionarios de los dos países, con lo cual se lograrían economías que permitan mantener el tránsito abierto 24 horas al día, 365 días al año.

Restablecer un programa básico de promoción conjunta:

Apunta a la configuración de una muestra de productos inteligentemente planeada para el conjunto de los cinco países, que pueda dar una imagen del panorama turístico subregional.

Impulsar destinos con ingredientes culturales:

Dado que el turismo cultural en estado ‘puro’ tiene poca venta, se proyecta diseñar paquetes ‘multidestino’, que están en boga en todo el mundo, de tal forma que la promoción de productos culturales de marca no muy difundida (distintos a los tradicionales como Machu Picchu, por ejemplo) podrían empezar a captar mercado si se asocian a productos que combinen otras motivaciones, desde playa hasta ecoturismo.

Fortalecer el transporte interfronterizo:

Con ello se busca contrarrestar la mayor debilidad que se tiene para impulsar el turismo intrarregional, como es el costo y las alternativas de transporte, pues, por aunque ha habido enormes avances en materia de conectividad aérea, las tarifas son muy superiores -relacionadas con el tiempo de vuelo- a las de los pasajes domésticos. En cuanto a la movilización terrestre, sigue habiendo limitaciones fronterizas para el cruce de vehículos de transporte regular, obligando a trasbordos y otros inconvenientes, como cierre de los puestos de control migratorio en las fronteras a determinadas horas y días.

Promover encuentros de operadores de ecoturismo en la región:

Se busca promover intercambio de experiencias, intentar formas de integrar la operación y la venta de servicios y generar técnicas de aprendizaje de las mejores prácticas, dada la debilidad que hay en cuanto a la calidad profesional de algunos turoperadores.

Reglamentar y categorizar los hoteles:

Se requiere poner orden en la hotelería, restableciendo un reglamento común y una categorización homologada en toda la subregión, que oriente y defienda al usuario. Dicho reglamento –según estudio contratado por la CAATUR- debe trascender lo meramente arquitectónico para darle más importancia al número y calidad de los servicios. Cabe señalar que ya Colombia está avanzando en esta iniciativa.

Reimpulsar los planes de capacitación en las empresas:

El turismo andino requiere menos academia y más capacitación para el trabajo. Dada la sobreoferta de facultades y escuelas de nivel superior y tecnológico, los viejos modelos formativos en o por las empresas, mediante contratos de aprendizaje (estilo SENA) vuelven a ser una prioridad. Recomienda salir de las capitales y darle prelación a los oficios hoteleros, turísticos y de restauración en los centros vacacionales, ciudades intermedias y servicios de carretera, mediante escuelas móviles, talleres rodantes y hoteles acondicionados temporalmente como escuelas.

Concretar la certificación andina de hoteles y restaurantes:

Se busca propiciar dos modelos de certificación voluntaria: uno para la sostenibilidad ambiental y otro con base en las normas ISO, más allá de la misma, para implantar sistemas que satisfagan las necesidades.

Ordenar las playas:

Se espera introducir tratamientos diferentes a las playas ecológicas y a las de turismo masivo. El refuerzo de política se hará en materia de normatividad, para poder establecer un reglamento de playas en los cinco países andinos. Es de destacar que Colombia presentó este proyecto a la OMT, la cual enviará un experto para iniciar un trabajo que permita ordenar las playas colombianas.

Establecer un air pass:

La idea es diseñar un sistema circular, a precio fijo, que incluya determinado número de trayectos dentro de la región en rutas secundarias, a la manera de los trenes europeos, lo cual es de gran atractivo para la demanda. Así ganarían competitividad las aerolíneas locales frente a las que dominan los tramos troncales.

Se espera que la sumatoria de oferta turística complementaria en el territorio de la CAN sirva para alcanzar un crecimiento mayor que el que obtendrían los cinco países individualmente considerados.

Una vez analizadas cuidadosamente las posibilidades de la CAN, se encontró que la complementación mayor se da entre: Los destinos caribeños de Colombia y Venezuela con otros destinos distintos de sol y playa; los destinos arqueológicos y etno-culturales; el ecoturismo, especialmente en la Amazonía; los llamados circuitos de ciudades y capitales que son el principal elemento multidestino actual en viajes de negocios y otros campos.

La importancia de la adopción del Plan Estratégico Andino de Turismo radica en los beneficios sociales que reporta una actividad como la del turismo para países con características de desarrollo como las nuestras: Como factor equilibrante en las oportunidades de ordenamiento y desarrollo territorial, favoreciendo las regiones más pobres; como sector encargado de pagar la infraestructura de servicios públicos en zonas deprimidas; como factor de rescate del acervo histórico y ambiental; y como oportunidad de desarrollo social a través del ‘turismo comunitario’.

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