Recuperan Plaza de San Nicolás de Barranquilla

Como implementación del Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP) del centro histórico de Barranquilla, el Ministerio de Cultura comenzó las obras de recuperación de la Plaza de San Nicolás, considerada uno de los baluartes culturales más importantes de la región del Caribe colombiano.

De acuerdo con Juan Luis Isaza, director de Patrimonio del Ministerio de Cultura: “La recuperación de este patrimonio urbano contribuye al desarrollo cultural, económico y social de Barranquilla, cuyo Centro Histórico concentra el mayor conjunto de monumentos producto del legado del movimiento moderno de la arquitectura colombiana”.

Para este fin el Ministerio asignó $6.098.502.216 a las firmas constructoras seleccionadas por medio de convocatoria pública. Como responsable de las obras de recuperación urbana, fue seleccionado el arquitecto Carlos Fernando Córdoba Avilés. La constructora MAB Ingeniería de Valor S.A., de Bogotá, se encargará de la interventoría.

Este proceso de recuperación del Centro Histórico de Barranquilla se hace con base en los diseños y estudios técnicos de cinco espacios públicos representativos de la ciudad: conjunto San José, las Plazas de San Roque y San Nicolás, el Paseo de las Palmas y la Plaza Hospital.

Para estos diseños y estudios técnicos, que se realizaron entre 2008 y 2009, el Ministerio seleccionó la empresa antioqueña OPUS, con interventoría de la firma JASEN Ltda., para el desarrollo de estas actividades fueron asignados más de $2.000 millones de pesos por este Ministerio.

En el marco de lo establecido en el PEMP, cabe resaltar que, entre 2005 y 2008, la Empresa de Desarrollo Urbano de Barranquilla, EDUBAR S.A. y la Alcaldía Distrital, a través de la Secretaría de Infraestructura Distrital, culminaron las obras de recuperación del Paseo Bolívar y la Gran Plaza de Bolívar, con una inversión de $ 22.721.604.000. Igualmente, se ejecutaron obras con recursos de la malla vial Distrital por valor de $18.119.823.000.

Sobre la Plaza de San Nicolás

Desde el siglo XVIII, hasta la primera mitad del XX, la Plaza de San Nicolás fue el epicentro de la vida social, comercial y cultural de Barranquilla. Está ubicada frente a la iglesia de San Nicolás de Tolentino, hito de la historia de Barranquilla, construida en 1772, en el Centro Histórico de la ciudad. Por más de 20 años esta Plaza funcionó como sede de los vendedores ambulantes de la ciudad. Con el apoyo de la Alcaldía Distrital, Oficina de Control Urbano y Espacio Público y Edubar estos vendedores han sido incluidos en el proceso de reasentamiento y reubicación componente fundamental del plan maestro de espacio público que adelanta la Administración Distrital.

Sobre la recuperación de Centros Históricos

El Ministerio de Cultura, consciente de su compromiso con la protección y sostenibilidad del patrimonio cultural de la Nación, ha diseñado y puesto en marcha el Plan de Recuperación de Centros Históricos, con el fin de aunar esfuerzos técnicos, económicos y humanos que conduzcan a la generación de estrategias de protección y sostenibilidad de los centros históricos declarados Bienes de Interés Cultural del Ámbito Nacional.

El Centro Histórico de Barranquilla fue declarado Bien de Interés Cultural del Ámbito Nacional, mediante Resolución emitida por el Ministerio de Cultura No. 1614 de 1999. Esta declaratoria se basó en tres aspectos representativos: ciudad histórica y cultural; contexto físico y estético. Se destacó su arquitectura del periodo republicano y principios del moderno, con expresiones contemporáneas, y su importancia en la historia de la arquitectura en Colombia.

La adopción del Plan Especial de Manejo y Protección de Barranquilla, en junio de 2005, se constituyó en una herramienta de gestión, necesaria para garantizar la protección de los valores patrimoniales establecidos por la comunidad barranquillera.

De esta manera, el Ministerio aporta una estrategia de solución efectiva a problemas recurrentes que deterioran los sectores urbanos como la ocupación indebida y deficiencias del espacio público, la inseguridad, la contaminación ambiental, la alta concentración de flujos y el desconocimiento del valor patrimonial de las zonas.